Una Carta abierta defiende la poesía escrita en español
Firmada por más de 200 personas, alerta de los efectos perniciosos del marketing sobre la poesía y señala la pluralidad como alternativa necesaria
Un grupo de poetas, críticos y lectores españoles y latinoamericanos ha hecho recientemente pública una «Carta abierta en defensa de la pluralidad y convivencia de poéticas», con la que se pretende defender la libertad y pluralidad de las poéticas que se hacen en nuestro idioma, así como frenar en cierta medida los efectos nocivos del mercantilismo en la poesía. Con más de 200 firmantes en el momento de su publicación, la Carta expresa el descontento que se respira en un ámbito de creación sometido a los maniqueísmos simplificadores del mercado. Por Ilyana Rubio.
Cansados de los maniqueísmos simplificadores que tanto daño han hecho y están haciendo a la poesía que se escribe en España y Latinoamérica, un grupo de lectores, críticos y poetas han redactado una «Carta abierta en defensa de la pluralidad y convivencia de poéticas» que se desarrollan en nuestro idioma.
En ella, se reivindica una concepción amplia, inclusiva y plural de la escritura poética, así como una actitud de exigencia moral y apertura intelectual que esté a la altura de las herencias, cuestiones y búsquedas actuales, y que permita reinventar y re-imaginar el futuro individual y colectivo, al margen de las leyes mercantilistas que imponen su particular dictadura a una labor, la labor poética, que debería ser independiente.
Contexto en que surge
En España, el mercado ha invadido el espacio de la poesía, imponiendo a ésta sus leyes: La búsqueda de ganancias por encima de todas las cosas ha hecho que diversos actores del mercado editorial desplieguen numerosas estrategias de marketing, entre las que pueden contarse desde la invención de poéticas banales hasta la fabricación de impostadas antologías. Todas estas estrategias se han destinado a la captación de “lectores homologados”, dentro de supuestos sectores de recepción.
Pero el mercantilismo de la poesía en España no ha tenido efecto sólo en el mundo editorial, sino también en el ámbito de lo público, concretamente, en el de los premios de poesía pagados con fondos públicos, tal y como ya denunciaron en 2007 un grupo de poetas, en carta enviada entonces al Ministro de cultura español: “Dado que su Ministerio está impulsando la necesaria reforma democrática de los medios artísticos y culturales de titularidad pública, mediante la aplicación de unCódigo de Buenas Prácticas, los abajo firmantes le pedimos que haga extensiva esta iniciativa a los ámbitos literarios de nuestro país que, directa o indirectamente, son de titularidad o financiación pública, y sobre los que se ha ido extendiendo poco a poco, mediante el consentimiento pasivo o cómplice, una serie de conductas que no pueden ser calificadas más que como corrupción, en la medida en que el dinero público acaba utilizándose para beneficio de unos pocos o desviándose hacia manos privadas sin posibilidad de control legal ni democrático alguno”.
En definitiva, la devoradora y aparentemente infinita espiral del marketing está golpeando a la poesía desde distintos frentes, haciendo de ella un “objeto de consumo” tan “vendible” como el detergente o los automóviles.
A modo de denuncia
En este contexto, los firmantes de la «Carta abierta en defensa de la pluralidad y convivencia de poéticas» pretenden, por un lado, denunciar uno de los efectos del mercantilismo sobre la poesía.
En concreto, quieren denunciar el peligro que entraña el mercado para las poéticas ricas y diversas que se hacen, practican y desarrollan en español en el momento actual: el potencial empobrecimiento de la poesía en general (de la que se escribe y de la que se publica), derivado del encumbramiento de fórmulas poéticas preestablecidas y más “asequibles” o “atractivas” para un supuesto lector “pasivo”, del que el mercado parece esperar que se acerque a la poesía sin espíritu crítico alguno, a modo de individuo consumista y no de vibrante buscador.
Los firmantes consideran, por el contrario, que la diversidad de poéticas es garantía de una riqueza cultural no homologable, reflejo de una sociedad que cuenta con capacidad de arriesgarse para cuestionarse, conocer, desvelar, inventar, etc., en este caso concreto a través del lenguaje y del pensamiento, elementos esenciales de la labor poética. Esta pluralidad no debería diluirse en la confusión y el ruido de las estrategias mercantilistas hacia la poesía.
Como muro de contención
Jenaro Talens afirmaba en el libro "Poesía Hispánica Contemporánea. Ensayos y Poemas" que: “Si el pensamiento no puede captar directamente lo infinito, debe entonces recorrer lo infinito en todas las direcciones”. Llevada esta idea al ámbito de la poesía, para los poetas resulta crucial mantener una libertad de recorrido, en la que formular su tradición y su apuesta, el espacio y camino de su propia voz.
En este sentido, la «Carta abierta en defensa de la pluralidad y convivencia de poéticas» pretende hacer las veces de muro de contención contra la homologación de las poéticas, fomentada por los movimientos y demandas del mercado. Sus firmantes consideran que debe frenarse la erosión de “la pluralidad poética heredada” y que es necesario defender “el trabajo y legado creativo, teórico y vital de muchas poéticas y poetas precedentes”.
Las palabras y la intención de esta Carta se expresan en unos cuantos párrafos y se sostienen mediante firmas. Aspiran a salvaguardar y respaldar los posicionamientos libres de cada poeta, lector o crítico, sin adscripiciones a escuela o tendencia poéticas alguna.
En ella, se reivindica una concepción amplia, inclusiva y plural de la escritura poética, así como una actitud de exigencia moral y apertura intelectual que esté a la altura de las herencias, cuestiones y búsquedas actuales, y que permita reinventar y re-imaginar el futuro individual y colectivo, al margen de las leyes mercantilistas que imponen su particular dictadura a una labor, la labor poética, que debería ser independiente.
Contexto en que surge
En España, el mercado ha invadido el espacio de la poesía, imponiendo a ésta sus leyes: La búsqueda de ganancias por encima de todas las cosas ha hecho que diversos actores del mercado editorial desplieguen numerosas estrategias de marketing, entre las que pueden contarse desde la invención de poéticas banales hasta la fabricación de impostadas antologías. Todas estas estrategias se han destinado a la captación de “lectores homologados”, dentro de supuestos sectores de recepción.
Pero el mercantilismo de la poesía en España no ha tenido efecto sólo en el mundo editorial, sino también en el ámbito de lo público, concretamente, en el de los premios de poesía pagados con fondos públicos, tal y como ya denunciaron en 2007 un grupo de poetas, en carta enviada entonces al Ministro de cultura español: “Dado que su Ministerio está impulsando la necesaria reforma democrática de los medios artísticos y culturales de titularidad pública, mediante la aplicación de unCódigo de Buenas Prácticas, los abajo firmantes le pedimos que haga extensiva esta iniciativa a los ámbitos literarios de nuestro país que, directa o indirectamente, son de titularidad o financiación pública, y sobre los que se ha ido extendiendo poco a poco, mediante el consentimiento pasivo o cómplice, una serie de conductas que no pueden ser calificadas más que como corrupción, en la medida en que el dinero público acaba utilizándose para beneficio de unos pocos o desviándose hacia manos privadas sin posibilidad de control legal ni democrático alguno”.
En definitiva, la devoradora y aparentemente infinita espiral del marketing está golpeando a la poesía desde distintos frentes, haciendo de ella un “objeto de consumo” tan “vendible” como el detergente o los automóviles.
A modo de denuncia
En este contexto, los firmantes de la «Carta abierta en defensa de la pluralidad y convivencia de poéticas» pretenden, por un lado, denunciar uno de los efectos del mercantilismo sobre la poesía.
En concreto, quieren denunciar el peligro que entraña el mercado para las poéticas ricas y diversas que se hacen, practican y desarrollan en español en el momento actual: el potencial empobrecimiento de la poesía en general (de la que se escribe y de la que se publica), derivado del encumbramiento de fórmulas poéticas preestablecidas y más “asequibles” o “atractivas” para un supuesto lector “pasivo”, del que el mercado parece esperar que se acerque a la poesía sin espíritu crítico alguno, a modo de individuo consumista y no de vibrante buscador.
Los firmantes consideran, por el contrario, que la diversidad de poéticas es garantía de una riqueza cultural no homologable, reflejo de una sociedad que cuenta con capacidad de arriesgarse para cuestionarse, conocer, desvelar, inventar, etc., en este caso concreto a través del lenguaje y del pensamiento, elementos esenciales de la labor poética. Esta pluralidad no debería diluirse en la confusión y el ruido de las estrategias mercantilistas hacia la poesía.
Como muro de contención
Jenaro Talens afirmaba en el libro "Poesía Hispánica Contemporánea. Ensayos y Poemas" que: “Si el pensamiento no puede captar directamente lo infinito, debe entonces recorrer lo infinito en todas las direcciones”. Llevada esta idea al ámbito de la poesía, para los poetas resulta crucial mantener una libertad de recorrido, en la que formular su tradición y su apuesta, el espacio y camino de su propia voz.
En este sentido, la «Carta abierta en defensa de la pluralidad y convivencia de poéticas» pretende hacer las veces de muro de contención contra la homologación de las poéticas, fomentada por los movimientos y demandas del mercado. Sus firmantes consideran que debe frenarse la erosión de “la pluralidad poética heredada” y que es necesario defender “el trabajo y legado creativo, teórico y vital de muchas poéticas y poetas precedentes”.
Las palabras y la intención de esta Carta se expresan en unos cuantos párrafos y se sostienen mediante firmas. Aspiran a salvaguardar y respaldar los posicionamientos libres de cada poeta, lector o crítico, sin adscripiciones a escuela o tendencia poéticas alguna.
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