Antonio Acevedo Linares
DEL LIBRO “EN LA GUERRA COMO EN EL AMOR” (2006-07)
Epigrama
No existen los ángeles amor
pero existes tú y existo yo
que somos como dos ángeles clandestinos
que nos amamos para existir.
No existen los ángeles amor
pero existes tú y existo yo
que somos como dos ángeles clandestinos
que nos amamos para existir.
Ventana
En las noches
en que como
un guerrero reposo
en su lecho desnudo
fumamos a la orilla
de la ventana
por donde oímos
el silencio o la música
de la noche
conversamos del amor
que nos trae hasta
ésta ventana a fumar
y a mirar las estrellas
pero en el fondo
estamos mirándonos
los dos como cuando
desnudos nos amamos
con las cortinas abiertas.
En las noches
en que como
un guerrero reposo
en su lecho desnudo
fumamos a la orilla
de la ventana
por donde oímos
el silencio o la música
de la noche
conversamos del amor
que nos trae hasta
ésta ventana a fumar
y a mirar las estrellas
pero en el fondo
estamos mirándonos
los dos como cuando
desnudos nos amamos
con las cortinas abiertas.
En la guerra como en el amor
En la guerra como en el amor
a veces se sale herido
con el corazón destrozado
por una granada o por una mujer
el enemigo nos acecha
desde las trincheras
como una mujer desde las esquinas
la guerra deja epitafios
y tumbas blancas sobre el césped
y el amor deja cenizas donde hubo fuego.
En la guerra como en el amor
a veces se sale herido
con el corazón destrozado
por una granada o por una mujer
el enemigo nos acecha
desde las trincheras
como una mujer desde las esquinas
la guerra deja epitafios
y tumbas blancas sobre el césped
y el amor deja cenizas donde hubo fuego.
A tu espalda
A tu espalda
yazgo como
el hombre que te ama
y que te estrecha
en las noches con
sus brazos dormidos
que te besa en la frente
y en los senos y en los ojos
y acaricia con su mano lenta
tus muslos y tus nalgas
redondas y blancas
y se queda acariciadora
en tu vientre y en los labios
carnosos de tu sexo.
A tu espalda
yazgo con la ternura
infinita de abrazarte.
A tu espalda
yazgo como
el hombre que te ama
y que te estrecha
en las noches con
sus brazos dormidos
que te besa en la frente
y en los senos y en los ojos
y acaricia con su mano lenta
tus muslos y tus nalgas
redondas y blancas
y se queda acariciadora
en tu vientre y en los labios
carnosos de tu sexo.
A tu espalda
yazgo con la ternura
infinita de abrazarte.
De la guerra
Aún se oye el estruendo
de los disparos de la guerra
en las montañas
como se oye aún los gemidos
del amor de los cuerpos
que se desnudan y aman
en los lechos de la ciudad
que en medio de la guerra
se enfrentan a una dulce batalla
como la que deberíamos tener
y no esa que engendra muertos
con la que se siembra la tierra
aún en medio de la guerra
hay que escribir el amor
desde sus trincheras.
Aún se oye el estruendo
de los disparos de la guerra
en las montañas
como se oye aún los gemidos
del amor de los cuerpos
que se desnudan y aman
en los lechos de la ciudad
que en medio de la guerra
se enfrentan a una dulce batalla
como la que deberíamos tener
y no esa que engendra muertos
con la que se siembra la tierra
aún en medio de la guerra
hay que escribir el amor
desde sus trincheras.
Almanaque
Me encantan los
primeros de enero
por lo tranquilos y silenciosos
y los primeros de mayo
por lo agitadores y tumultuosos
los febreros por la luna llena
y los marzos por el tiempo nublado
los abriles por lo lluvioso
y los agostos por los fuertes vientos
los junios por el tiempo seco y soleado
y los julios por las mareas altas
los septiembres por lo afectuosos
y los octubres por sus aniversarios
los noviembres por lo borrascosos
y los diciembres por sus
árboles luminosos.
Todos los meses tienen su
encanto y cualquier día
es bueno para nacer o morir.
Me encantan los
primeros de enero
por lo tranquilos y silenciosos
y los primeros de mayo
por lo agitadores y tumultuosos
los febreros por la luna llena
y los marzos por el tiempo nublado
los abriles por lo lluvioso
y los agostos por los fuertes vientos
los junios por el tiempo seco y soleado
y los julios por las mareas altas
los septiembres por lo afectuosos
y los octubres por sus aniversarios
los noviembres por lo borrascosos
y los diciembres por sus
árboles luminosos.
Todos los meses tienen su
encanto y cualquier día
es bueno para nacer o morir.
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