"Y ojalá así sea, porque los colombianos no tenemos, todavía, un Rubén Darío, un Vallejo. Apenas tenemos grandes poemas y, sobre todo, versos".
Una mirada al siglo XX, según Roca*
VICTOR LOPEZ RACHE
Solo quien conoce a
fondo el oficio, puede convertir lo raro en tema de interés general. Y
en un país de poetas, la poesía es rara en extremo. Por ello se
necesita una luz que no se pierda en los intereses de los fabricantes
de espejismos. Galería de Espejos (una mirada a la poesía del
siglo XX)
será, por este motivo, un libro de importancia para la formación
poética colombiana. Además abrirá el debate sobre la historia nacional
vista desde la perspectiva de sus poetas. Basta abrirlo para que la
primera página le tienda al lector un hijo que lo llevará hasta la
última línea sin pausas ni saltos de capítulos y de autores. No es el trabajo riguroso de un juez; es el de un lector y cultivador de la palabra en sus distintas manifestaciones.
En
relación con la herencia literaria del mundo, la nuestra apenas llega a
la infancia. Pero para no dejarnos sin un punto de apoyo, Roca
menciona las voces que inauguraron nuestra sensibilidad e imaginación:
parte de las indígenas (un ejemplar y bello canto de solidaridad), pasa
por Sor Josefa del Castillo, y llega a 1896, año en que muere Silva, de
quien el establecimiento cultural del momento escribiría, "dicen que
hacía Versos".
Con estos antecedentes se ocupa de la galería de poetas del siglo XX. De ellos hay análisis, poemas, anécdotas y una definición
personal según palabras del propio poeta. Pombo diría, "no sirvo
para nada sino para hacer versos". Vidales, "la poesía nueva no entra
en cerebros viejos". Luis Aguilera, "eludir el convencionalismo del
espejismo poético".
Las voces sobresalientes no se ocultan en penthouses inalcanzables ni se alimentan de ideas ajenas a nuestro tiempo. Ellas viven su propia paradoja; quien se autodenomina monarquista puede poseer un espíritu anarquista; y un
anarquista puede tener un cerebro oficialista. No puede ser de otra
manera. Son seres humanos que sufren presidentes, dictadores, periodos
de violencia, miseria y riquezas, y tienen sus propios intereses. Y cómo ignorarlo, un país donde la burocracia ha dado más versistas que el talento poetas, resulta imposible liberarse de la sociedad y sus matices.
Según este libro, ¿qué nos dejo el siglo XX? Se creería que escuelas, movimientos, grupos, obvio, muy importantes para la historia de la
poesía. Pero a través de la lectura se van imponiendo las voces
sugerentes, reveladoras, con sello propio, como ha sido y será. El
lector, ahora, podrá identificarse con las voces de las almas
solitarias: Arturo, Charry, Oscar Hernández. Rojas Herazo. De los
olvidados tenemos el grandioso ejemplo de Carlos
Obregón. Son poetas que, de cualquier manera, se han sobrepuesto a la
diaria nube de espejismos y, acudiendo apenas a su vocación, han
dejado la marca del espíritu de una colectividad. Hay melancólicos,
soñadores, silenciosos e irónicos. Tampoco ignora a los poetas que están
revelando su oficio. Podremos encontrar un bello poema de William
Ospina; uno doloroso de Mery Yolanda Sánchez; uno
esperanzador de Orietta Lozano; uno inquietante de Fernando Afanador.
En fin, cierra el ciclo con los poetas nacidos en 1959. La obra de ellos
todavía de no ha entrado a la balanza ajena de la vida, la única
imparcial.
Leyendo
con atención, podemos comprobar que la poesía es un asunto del cuerpo y
del espíritu. Y quienes llegan a ella traicionando otra vocación,
deberían recordar la sentencia de la sobrina de Don Quijote, "la poesía
es enfermedad incurable y pegadiza". En nuestro caso, lo confirmaría Raúl Henao. Él dejó la pintura y tuvo que tratar, seguramente de por vida, con la “canalla literaria".
En
diálogo constante con sus fantasmas, Juan Manuel Roca ha escrito un
libro que nos enseñará lo mejor de cada poeta. Estimulará a los lectores
desprevenidos a adentrarse en
la retadora pasión de la poesía, ¡en la auténtica poesía! para
liberarmos del estigma de país de poetas. Y ojalá así sea, porque los
colombianos no tenemos, todavía, un Rubén Darío, un Vallejo. Apenas tenemos grandes poemas
y, sobre todo, versos. José Umaña Bernal nos
heredó uno mejor que los de Borges: "El tigre lleva en la piel los
barrotes de su jaula". Estamos en la infancia de nuestra tradición
literaria, es verdad; pero como la poesía es asunto de perpetua niñez,
es hora que aparezca un poeta con una obra. Ojalá lo propicie Galería de espejos (una mirada de poesía del siglo XX). Pues es un libro para quienes se inician; mas no para ingenuos.
*Reseña publicada en el suplemento Generación, de El Colombiano, domingo 29 de abril de 2012.
1 comentario:
Sobre este texto y sobre Ómar Ortiz y su poesía, sugerimos ver y navegar:
Antonio Cisneros. Ómar Ortiz. Doble Fondo V. Antologias. Biblioteca Libanense de Cultura, en: http://ntc-libros-de-poesia.blogspot.com/2012_05_11_archive.html
Atte., NTC …* Nos Topamos Con …
http://ntcblog.blogspot.com * , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia.
* Se actualiza periódicamente. Mayo 29, 2012
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