Por:
Jairo Hernán Uribe Márquez
(Escritor-
Coordinador Club lector UAM)
A comienzos del año 2003 acudí a la Universidad Autónoma con el propósito de
atender una cita y escuchar una
invitación. Me esperaba María Cecilia Sánchez, directora de la Biblioteca, cuyo
despacho de entonces estaba provisionalmente ubicado en las instalaciones del
edificio y la zona que desde siempre hemos conocido como ‘El Sacatín’. Sin
mayores preámbulos me contó que semanalmente, en la hemeroteca o en el
auditorio, se reunía un grupo de estudiantes y funcionarios de la universidad
para leer, ver una película o conversar simplemente sobre temas culturales.
Supe también que esas sesiones eran organizadas por un conocido escritor local
(Octavio Escobar), quien, a la dinámica de libros y lecturas, le agregaba,
además, su particular pasión y conocimiento del cine. Y, finalmente, me enteré
que se estaba efectuando una remodelación histórica de la biblioteca que no
solamente ampliaría la planta física sino que supondría la consolidación –ese mismo año- de una
moderna y bella sede que integraría todas las colecciones y servicios de la
biblioteca en un solo lugar.
Como dije antes, atendí una cita pero recibí,
además, una invitación muy especial. Dado que el encargado de las sesiones
tenía compromisos fuera de la ciudad, que la tertulia comenzaba a llamar la
atención de más personas y que la nueva estructura física de la biblioteca
propiciaba una mayor actividad cultural, la directora me propuso la
coordinación del grupo y la formulación de un programa para conformar lo que,
para aquella época, se denominó el ‘Club lector UAM’.
Acepté y, con el apoyo indiscutible de
numerosas dependencias y personas de la UAM,
echamos a andar una tertulia cultural que, bajo mi tutela, ya cumple una
década de actividades ininterrumpidas y que, además de su recorrido y vigencia
goza de un notable reconocimiento dentro y fuera del claustro universitario.
Desde luego que no solamente pasaron años,
personas, hechos, memorias, libros y
lecturas por nuestra tertulia. En todo este tiempo se acumuló y decantó un
largo inventario material y espiritual.
De la pretensión original de ‘promover la
lectura’ pasamos a un diálogo cultural, heterodoxo, crítico y profundo, entre los organizadores,
la universidad y las diversas oleadas de asistentes.
De los
grupos iniciales de estudiantes y docentes más cercanos avanzamos hacia la incorporación de personas e
invitados de toda la ciudad, sin distingo de profesión, formación o intereses.
De tantear en las bibliotecas personales transitamos
a recorridos ambiciosos a través de las colecciones especializadas que
acogió la universidad: la biblioteca Fernando Mejía Mejía, la colección Gustavo Larrea Córdoba y, recientemente,
la colección Mario Calderón Rivera.
De las actividades básicas de lectura derivamos hacia expresiones y actividades, cada vez más
complejas, del quehacer cultural, a través de novedosas herramientas y
tecnologías (informática, dvd, internet).
De las
lecturas íntimas y en voz baja ascendimos a las emocionadas lecturas en
alta voz.
De las lecturas y comentarios personales
remontamos a las lecturas y debates colectivos.
De las lecturas generales saltamos a las
lecturas de los demás y, por razones obvias, a las lecturas de nuestras propias
obras.
Y el ‘club’, en su acepción formal -un tanto
exclusiva- fue transformándose en ‘grupo’, y, luego, con la calidez de las
amigas y los amigos que fuimos consiguiendo, se transformó en ‘tertulia’.
Quienes requieren de las cifras para apreciar
y entender el mundo, deben saber que, además de los 10 años, 120 meses, o 3650
días transcurridos, en la ‘Tertulia UAM’ hemos realizado cerca de 400 sesiones,
albergado y conversado con unos 600
autores y disfrutado cada cita con las y los más de 300 camaradas que tuvimos.
En cambio a quienes, como yo, rara vez les
cuadran las cifras, sólo me resta recordarles que cada semana y durante un
espacio muy breve de tiempo, asistimos a un ‘oasis’ singular del trabajo y los
afanes cotidianos, a un encuentro abierto y amable con lo mejor de los libros,
de la literatura y de la vida.
Posdata: La tertulia se reúne todos los
martes de 4 a 6 p.m., en el segundo piso de la Biblioteca UAM. Les ofrecemos
nuestra bienvenida.
Manizales, agosto del 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario